Cuando llegué a Inglaterra, un policía con cara de morsa vio mi DNI español, y me preguntó que qué iba a hacer yo allí. De los nervios (porque ese hombre daba mucho miedo), le dije que iba a ver a mis "parents" por "parientes". Y la lié. Porque cuando me acordé de que "parents" es "padres" y no "parientes", tuve que rectificar, y dije que iba a ver a mis tíos. El hombre creyó que le estaba montando una bola, o que le estaba tomando el pelo. Y me hizo abrir la bolsa. Entonces me alegré de haber puesto las braguitas al final del todo, que quedaban arriba del todo, allí expuestas, nada más abrir la bolsa. Y me alegré de eso por dos razones: una, porque tengo entendido que los ingleses son muy pudorosos y sólo follan cuando están borrachos en España. Dos, porque la alternativa al inglés pudoroso es ser del tipo Benny Hill, y si el policía con cara de morsa era como Benny Hill, pues ya sabía lo que pasaría: que cogería uno de mis tangas, y saldría corriendo para que lo persiguiera por toda la estación con la música esa de fondo, taaaaa-na-ta-ta-tara-ta-na-na-ná ta-na-na na-na-na-ra... Y bueno, yo no lo iba a perseguir.
El desastre es que, al hombre, mis tangas y braguitas le interesaron cero. En cambio, se quedó pillado con la funda de un támpax, y me exigió que la abriera. Le contesté: "tampons, tampons for my rule", porque no tenía ni puta idea de cómo se dice tampones en inglés ni mucho menos tener la regla. "No, you ca'nt take yourself rule", contestó él (o algo parecido), "The only one who make rules here is me". Cuya traducción chabacanera sería: aquí el único que pone las reglas soy yo. Evidentemente, él lo dijo en inglés correcto.
Como me vi acorralada, le respondi que me había sorprendido mucho ver el buen tiempo que hacía a través de la ventana del tren. "Your're really lucky", articulé con emoción y la seguridad de estar diciéndolo correctamente, gracias a los paquetes de tabaco Lucky Strike. Y ahí lo pillé, claro, porque no hay nada que desmonte más a un inglés que un español hablándole del buen tiempo.
El cara morsa cambió de cara a cara ardilla, sonrió de oreja a oreja, y me respondió, yes, oh, yes, a la vez que me enseñaba un bote de crema bronceadora de coco y me guiñaba un ojo, en plan: "mira lo que me he agenciado de la viajera que venía antes que tú".
Nada, que el buen hombre me dobló toda la ropa (incluso los tangas, que yo había puesto en la bolsa de cualquier manera) y me dio recuerdos para mís tíos, mis padres o quienquiera que fuera que iba a visitar yo. Cuando me devolvió el portatámpax, dijo algo así como "disfruta de la fumada". ¡En castellano! Y al principio pensé que él creía que llevaba la maría allí escondida, pero no, porque la llevaba en el dobladillo del pantalón; pero luego entendí que el buen hombre con cara de morsa había confundido el támpax con un puro. El que había intentado meterme.
Logrados
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No se trata tanto de recuperar la juventud perdida como de mantener la
dignidad adquirida.
Hace 2 horas
7 comentarios:
jajajaja..que buen ambiente !! Open your suitcase . Haberle regalado el "puro" =_O
Saludos de alcachofa
¿Un policía que pone distintas caras es un polifacético?
La ironía burla cualquier frontera, incluso la de un policía inglés con cara de perro pachón. Divertida historia. Y buen viaje.
"Tampons for my rule" jajajajajajaja
No puedo decir más!
Que rulen los petas!
Jajjaja, que gran hazaña. Me encanta la traducción literal. Grande.
Estan locos estos ingleses!!!
Seguramente habría cogido el tanga, y habría salido de alguna esquina un policía bajito y calvo al que el cara morsa le hubiera pegado repetidamente en la cabezota mientras sonaba la musiquilla.
Suerte tuviste...
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