miércoles, 17 de enero de 2007

El barman policía

Después de ver a los burros, las águilas, y a la sombra de las montañas, decidimos quedarnos a vivir allí para siempre. Que nos enterraran bajo la nieve.

Para celebrarlo, entramos en uno de los dos únicos bares que hay en Bedous (están uno junto al otro, en la vía principal). El bar se llama 'Le celte', y ahí estaban los parroquianos dándole al Pastis sin parar, y también a unos licores extraños de color verde. El camarero tenía los ojos azules, el pelo rizado, y servía copas con un dosificador sin descanso.

Cuando los parroquianos se fueron dando tumbos a comer, el barman se acercó a nosotros. Para entonces, nos habíamos tomado la caña igual que nos tomaríamos la nueva vida: con mucha tranquilidad. Del palo: "Ya encontraremos trabajo arando los campos", "tú sembrarás la tierra y yo escribiré novelas", "las casas no pueden ser mucho más caras que en España", etc.

Bueno, con un marcado acento galés, el hombre nos pregunta que de dónde venimos, y cuenta que el pueblo en el que estamos se transforma por las noches. Entonces salen los jóvenes, que vienen a ser como vampiros que chupan sangre fría de las botellas y se comen los unos a los otros y se pegan hostias como en un western. En fin, que hay un mal rollito que flipas.

De día, los jóvenes desaparecen.

La cuestión es que el barman tenía miedo, pero no porque pudieran machacarle, sino porque quizás él acababa cargándose la nariz de alguien. Resulta que, antes de dedicarse a la hostelería, había sido policía en Londres durante 17 años, pero se hartó de luces azules y rojas, y de sirenas y de atentados. Por eso lo dejó todo y se plantó en Francia.

Ése es el porqué, pero faltaba algo:

¿Para qué?, le pregunté yo.
Pues no lo sé, contestó él.

El negocio como barman no le va muy bien; curra de 8 de la mañana a 2 de la madrugada, y apenas tiene tiempo para ver a sus hijos. Trabaja con su mujer, no les llega ni para contratar a nadie más ni para pagar el gas. Es decir, que no tienen agua caliente en casa. "Menos mal que el cambio climático nos favorece", dijo. Por si fuera poco, los dueños del otro único bar de Bedous son irlandeses, así que no se hablan. Creo que no se entienden por culpa del acento.

Nada, que cuando salimos de aquel bar, mi antiguo compañero de viaje continuaba dispuesto a dedicarse al arado; yo también espero escribir algún día algo. Pero no nos resignamos a ducharnos con agua fría por el resto de nuestros días.

Así que, si volvimos del Pirineo, fue por una mera cuestión de higiene.

3 comentarios:

La Chirvi dijo...

¿Y dónde está ese sitio con tanta marcha nocturna, chocho? Además, los barmans y los policías siempre me pusieron cachondísima por separado, con lo que imagínate juntos.
¡Besos!
La Chirvi
(www.fotolog.com/la_chirvi)

sereyto dijo...

Oye Mel: esto que cuentas es verdad, mediaverdad, mediomentira, mentira del todo o es un porro de puta madre...Lo digo porque si es la última de las opciones, te pago lo que quieras y como quieras si me das un poco.

Mel Alcoholica dijo...

Sereyto:

Si todo lo que digo es mentira, ¿crees que lo que acabo de decir es verdad?