Me siento como el inicio de esas series de los años 70, como si me hubiera convertido en la presentación de La pantera rosa o de Grease. Como si toda yo fuera un escenario de dibujos animados en el que se abren puertas y se cierran mientras suena un free jazz o una canción boba, igual que en La tribu de los Brady.
Sentirse así es complicado, porque crees que estás en un ventanuco -en el inferior izquierdo-, y te asomas a él para encontrarte, pero entonces apareces por el ventanuco superior derecho y te das una colleja por despistada. Pero cuando te das media vuelta, ya no estás, y te parece que en realidad te estás saludando desde el ventanuco superior izquierdo, pero cuando levantas la mano para devolver el saludo, zas, vas y te cierras la persiana en las narices. Y es como un desastre, porque no acabas de ponerte de acuerdo y crees que te has convertido en una marioneta de domingo en el Parque del Retiro, que es lo peor.
Pero bueno, que no cunda el pánico. A lo mejor con una cerveza se me pasa y me siento como el inicio de esas series de los 80, El halcón callejero o El coche fantástico. O mejor, como la de los 90. Ahora me apetece algo rollo Los vigilantes de la playa, algo muy hortera. Aunque, pensándolo bien -si es que se puede pensar así-, tampoco le hago ascos al principio de Los Soprano. You woke up this morning Got yourself a gun, Mama always said you'd be The Chosen One. She said: You're one in a million You've got to burn to shine, But you were born under a bad sign, With a blue moon in your eyes...
Ser una serie es poco serio.
1 comentario:
se le echa de menos, amiga.
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