sábado, 29 de marzo de 2008

Famosa


De repente, ayer me desperté convertida en famosa. No me di cuenta enseguida. Es decir, se me abrieron los ojos de golpe, estaba muy nerviosa, como si tuviera que hacer muchas cosas, y bajé a comprar el periódico.


Volví a casa, preparé café, eran las ocho y media de la mañana, empecé a leer el diario y, de repente, ahí estaba mi nombre, en una columna. Un columnista hablaba de mí, y me comparaba con otras personas, y también hablaba de algo que yo había hecho, y lo comparaba con lo que había hecho gente a la que ni siquiera conozco.


Entonces mi corazón empezó a latir muy rápido, muy rápido, y creí que me iba a dar una taquicardia, y que se iba a detener de golpe, y que me moriría sola en casa...


...cuando sonó el teléfono.


Era el productor de un programa radiofónico anunciándome que, en cinco minutos, un taxi pasaría a buscarme. Mi corazón saltó hasta mi boca y se mezcló con el café. Y el café, mezclado con corazón, tiene un gusto más amargo que de cosumbre. Es decir, tiene un gusto entre salado y amargo, y eso es bastante asqueroso. Llegué a plantearme vomitar, pero pensé que, si realmente era famosa, vomitar estaba fuera de lugar.


Me puse la cazadora y bajé a esperar al taxista, y mi vecina del entresuelo, la señora Conchi, me dijo: "Ven, que tengo una cosa para ti". Me regaló un limón del limonero que le había regalado yo a ella, porque en mi casa el limonero no daba limones, pero en la suya, como el patio es grande y le pega el sol, sí los da.


El taxista me habló de todas sus enfermedades, desde una gripe que pasó hace poco por haber pillado frío en los pies, hasta una salmonelosis que afectó a toda su familia por culpa de haber preparado una mahonesa con huevos en mal estado. Me dije que vaya huevos, contarme eso; sobre todo cuando el tipo entró en detalles. En mal estado o no, era de mal gusto.


Llegué a la radio y me preguntaron qué opinaba sobre esto y sobre aquello. Y eso ya me flipó del todo, porque el hecho de que alguien te pregunte qué opinas sobre algo representa el colmo del famoseo. Intenté contestar coherentemente, pero era muy difícil, porque tenía el corazón del revés, y latía a toda hostia y estaba tan nerviosa que no podía parar de reír.


Entonces me imaginé al taxista enfermo de salmonelosis y a todos sus compañeros, y también a un obrero de la construcción y también a una pintora aburrida en su estudio y a una abogada estudiando un caso, me los imaginé a todos, digo, escuchando mi risa estridente por la radio; una risa de histriónica, de puta histérica, y pensé: "Una famosa no puede comportarse así". Y dejé de reír. De hecho, también intenté dejar de hablar, para no decir tonterías.


Pero mi risa se había convertido en palabras, y las iba soltando así como me salían, sin pensarlas demasiado. Y estoy segura de que eran un chorro de chorradas y que no se entendía nada. Y me imaginé a un padre llevando a sus hijos al cole, a la señora de la limpieza y al portero de un piso del Eixample escuchando el chorro de chorradas que salían de mi boca. Y volví a pensar: "Esto de ser famosa es muy complicado, qué vergüenza".


Porque, pongamos que el padre que lleva a sus hijos al cole está enamorado de su secretaria y se la folla en el despacho, y ha decidido confesárselo a su mujer. Pongamos que la señora de la limpieza dejó a toda su familia en Ecuador, y los echa mucho de menos, y quiere regalarles una casa en una urbanización que sale en un canal de la tele sólo para ecuatorianos emigrados, para animarlos y mantenerlos ahí trabajando como esclavos. O pongamos que el portero del piso del Eixample... yo qué sé, se está planteando cambiarse de sexo. Y van, y escuchan la radio, y oyen la de chorradas que digo, y claro, piensan: "Menuda gilipollas, con la de problemas que tengo yo".


Bueno, mientras yo hablaba y pensaba en el pobre portero del Eixample cagándose en mis tonterías, el mismo productor que me había llamado para avisarme de que tenía un taxi esperando, me hizo un gesto desde la cabina y deduje: "Lo hago tan mal que ya me echa". Y sí, me echaba. Pero porque -me advirtió-, de otro modo, iba a llegar tarde a la rueda de prensa.


He ido a cien mil ruedas de prensa en mi vida. Mi trabajo consiste en eso: voy a una rueda de prensa, escucho lo que dice el pardillo que la ha convocado, apunto cuatro cosas en una libreta, llego a la redacción, interpreto lo que he apuntado (me convenzo de que mi interpretación es objetiva). Al día siguiente, lo que apunté sale publicado.


Pues bien, gracias al productor de la radio, ayer llegué puntual a la rueda de prensa, en un restaurante. Saludé a mis colegas de otros medios (con los que suelo coincidir casi a diario), fui a sentarme... y una chica me espetó: "Pero, ¿qué haces?". Y yo: "¿Qué hago?". Y ella: "¡Que tu lugar no es ése!". Y me colocó en la puerta para que un montón de fotógrafos me sacaran fotos. Ellos decían: "Mírame, mírame". Y yo les miraba, y sonreía con esta boca llena de dientes. Y ellos decían: "Ahora sentada", y yo me sentaba y seguía sonriendo con esta boca llena de dientes.


Luego, la misma chica me colocó en una especie de silla presidencial, ahí delante de todo el mundo. Entonces vino una señora y se sentó a mi lado, y también habló de mí y de las cosas que yo había hecho, y al restaurante empezaron a llegar un montón de conocidos que me saludaban discretamente con la cabeza mientras mis colegas (los colegas de otros medios con los que suelo coincidir casi a diario) me hacían preguntas. Me las hacían a mí. Y apuntaban lo que yo decía en una libreta. Ergo (¿se puede decir ergo en un blog?)... con lo cual, ¡yo era la típica pardilla de las ruedas de prensa!


Muy fuerte.


Intenté responder a todas las preguntas de una manera más o menos lógica, ingeniosa e inteligente. Pero no podía dejar de pensar que luego cada uno de ellos llegaría a su redacción, interpretaría lo que habría apuntado a partir de lo que yo decía, y hoy el señor que compra el periódico cada día, y la señora que lo mira mientras desayuna, leerían la interpretación de las personas que apuntaban lo que yo dije ayer, cuando de repente fui famosa.


Los periodistas se fueron, y un montón de conocidos me dieron la enhorabuena, y me besaron y me abrazaron, y coincidimos en que teníamos que celebrarlo.


Lo celebramos con cerveza y, aunque la fama me la trae floja, me sentí reconocida. O sea, conocida dos veces, o de otra manera. Fui muy feliz.


Sigo siendo muy feliz, dentro y fuera de las fotos que me han sacado, tan llenas de dientes.
Por eso, lo sigo celebrando.

18 comentarios:

Christina Cassanova dijo...

Solo por el hecho de haber leído más de una vez la palabra 'feliz' en positivo en una de tus frases mereces ser felicitada y refelicitada (es decir, felicitada dos veces). Enhorabuena y cuidado, porqué supongo que 'lo sigo celebrando' implica que estas pimplando de lo lindo...

Benjuí dijo...

Estoy hecha un lío.
Hay una chica a quien le pasan cosas y Mel las cuenta en primera persona.
Pero no sois la misma porque, si fuerais la misma, Mel habría salido por la radio y en la prensa, y no me he enterado.
Pero lo cuentas en primera persona, así que...
(A lo mejor es que me come la curiosidad por saber quién es esa a la que le pasan las cosas, pero me da miedo, porque tú me encantas y si sé quién es la famosa a lo peor me pueden los prejuicios).
Yo qué sé.

Anónimo dijo...

Me encanta esa sensación mientras hablas por la radio de pensar que el resto del mundo te estará escuchando y pensando "anda que esta". Jajaja.
En fin, famosa, enhorabuena!
Que sea para bien :)

Curiosidad que me entra, oye.
Mucha.
Más que nada porque si es algo que se pudiera leer/ver me encantaría hacerlo.

Saludos admirativos (o admiratorios, o almirantes).

Agus dijo...

Mel, te pusiste en el pellejo de tus "presas" por un día, creo advertir que imaginariamente. Supongo que te darían bebidas "paliativas" (léase "cerveza") para aguantar las idioteces de los cuatro abrazacipotes semi-famosoides a los que intentaste emular. Si no es así, dile al que te mandaba los taxis que en todos los trabajos se bebe.
En mi caso, creo que la náusea no me hubiera dejado ni reirme en la radio, ésta gente de alto copete me roza siempre la campanilla y me hace arrojar lo que tengo semidigerido.
Pero si todo esto es verdad, sólo me alegro de que te agasajaran tus colegas, de las birras de después y de que fueras muy feliz.
Por el contrario, siempre me ha jodido la gente que ensalza a alguien por buscar un fin lucrativo.
No obstante, muy buen post. Te felicito.
El Agus

dintel dijo...

¿Siempre la fama cuesta?

eSadElBlOg dijo...

felicidades no?
andaré pendiente, pese a que no frecuento las ruedas de prensa, de famosas llenas de dientes entrevistadas entre copa y copa. Que curiosidad chica.

Alberto Ramos dijo...

Muchísimas felicidades.

¿Me firmas un autógrafo?

Pi dijo...

Enhorabuena, Reina!!!! y digo yo que entonces lo guay de tener tu propio blog es que por fin has podido ser objetiva con la información de una rueda de prensa, ya que eras tú la protagonista y has sabido "apuntar" lo que que realmente creías importante, y lo has transmitido, o, vaya, lo hemos pillado los que te leemos aquí, y es eso de que estás feliz, y eso es lo realmente importante.
Enhorabuena again, pero... ¿a que exprimo a google hasta saber quién carajo era la del periódico del viernes????? jejejjeej

Anónimo dijo...

Vean cómo, de un pirueta, Mel se transforma de autora medieval a teclera vanguardista. ¿Narraciones fantásticas? ¿Metaexperiencias egologeras, acaso? Caramba, me parece que los más acertados aquí han sido Benjui y El Agus. Si los medios engañan y tú sales en ellos, esto es una broma y tu eres difamosa. O eso o hay una impostora suelta que tiene tu misma planta (enredadera) y te (su) planta.

Anónimo dijo...

espero que la fama no se te suba a la cabeza (para eso ya está la cerveza) y nos des plantón a los lectores (ni aunque sea limonero).

Preciosa quijada.

beizabel dijo...

Rueda en to las prensas que te plazca maja, pero no dejes de brindar con nosotros un ratico de vez en cuando.
Chin chin

Anónimo dijo...

eso de brindar con una famosa, pues como que no se como hacerlo. existe protocolo?
bueno, da igual, lo averiguaremos unas cervezas más tarde...
salud-saludos

Anónimo dijo...

Veo que ha actualizado vd. el perfil. Habrá que investigar sus nuevas lecturas.

*Gina Halliwell* dijo...

Saludos desde México. Excelente relato, me atrapó desde la primera línea. Blog agregado a la carpeta de favoritos.

rotario dijo...

Enhorabuena, felicidades guapa!

brindamos?
voy a la barra a pedirme una kronen bien fresca ...
por cierto, en mayo voy a conocer la cuna de la cerveza, me voy a berlin. Probaré alguna nueva, diferente, rara, y a ver si te puedo recomendar.

un beso y enhorabuena de nuevo!

la guardiana dijo...

Entonces tienes dientes de famosa? de esos porcelanosos, o son normales? de esos amarillo-esmalte natural...!

errante dijo...

pi, si lo encuentras, compártelo conmigo, vale?

Agus dijo...

No entiendo estos comments, de coleguilla barata. Me equivocaré en la forma,
El Agus a punto de darle una hostia a su foto preferida de Najda Comanecci.