lunes, 3 de septiembre de 2007

Jorobada


Creo que el problema es que iban jorobados. Los camellos, digo. He conocido a un montón de animales este verano y todos eran un poco asnos; también he visto unas cuantas focas y algún ballenato. Y que no me vengan las asociaciones antianoexia por lo que acabo que poner, porque me aburren. O sea, me ponen burra. Y prefiero ponerme burra que ponerme hecha una vaca, aunque también quisiera ser una vaca, porque las vacas no piensan y sólo están dale que te pego con la hierba.

Pero estábamos hablando de camellos. Camellos a quienes han jorobado este verano. El uno de agosto. Qué lejos queda eso. No recuerdo ni el nombre de aquel pueblo.

Ya estoy aquí. Jorobada y detenida, pero no en Los Caños, como los camellos. Sino aquí. Yo creía que Los Caños era un grupo de música de cuyos acordes no quiero acordarme.

Dios. Tengo las palabras oxidadas. Sé que estoy aquí porque llevo toda la mañana limpiando la casa, lo cual me hace pensar que tal vez yo no sea yo, sino el señor Fregono.

Me parece que estoy empezando a tener un ataque de pánico.

Putas vacaciones. Te enseñan que tu identidad no va relacionada con el trabajo. Al contrario: el trabajo nos despoja de toda identidad. He vuelto demasiado inteligente. ¿Y a qué puede aspirar una persona inteligente? Mi identidad, qué es eso, si podría ser una vaca que ríe, o una dromedaria jorobada o el señor Fregono.

Estoy demasiado profunda y ahí es donde se ahoga la gente. Creo que el gas de una buena cerveza puede devolverme a la superficie. A vuestra salud!

10 comentarios:

Para, creo que voy a vomitar dijo...

Que vas a estar tú oxidada!, como mucho oxidada por el agua del mar.

Qué alegría oler un poco de cerveza por estos lares... Ah, y leeré las entradas anteriores y luego me relameré como un gato.

Luigi dijo...

Camarero, sirva unas rondas de pintas a esta dama hasta que sus burbujas le devuelvan algo de optimismo!

Alberto Ramos dijo...

Se empieza deteniendo a los camellos y se acaba deteniendo a la dama de las camellas, por heroína.

Anónimo dijo...

Si vuelves más inteligente solo tienes que esperar... Esperar a que la trágica rutina, los atisbos de televisión, revistas y radio, las conversaciones estúpidas en el Metro y un par de noches quemando neuronas te vuelvan inmunolela de nuevo.

Mientras tanto gasíficate, solidifícate y lícuate en algún pub de mala muerte y buena vida.
Bienvenida;)

Don Peperomio dijo...

Brindo por ello! como diría una amiga mía.
Viva el vino!

Unknown dijo...

Volver de vacaciones tiene eso, que te pilla descolocado. Mientras tu mente aún sigue en el lugar de descanso que dejaste, tu cuerpo debe adaptarse a la cruel realidad. Que te mejores de este síndrome y que recuperes pronto la fluidez de pensamiento.

confin dijo...

Unámonos al santo ejercicio con las hermanas del Monasterio de Santa Clara de Belorado.

Este verano me deje caer como un jesusito en sus moisés,desnudito, puro, límpido y espolvoreado en talco delante de la puerta del convento.

Monjas frescas,con estudios y perlitas en las orejas... el colmo de los lenocinios.

Buen regreso al averno.


Gamiani

Diamante dijo...

Libertad, libertad, sin duda libertad, guárdate tu miédo y tu i-ira por que hay libertad, sin duda libertad.

vaderetrocordero dijo...

Los ballenatos los has visto o los ha bailado?

Zebedeo dijo...

¿Que te has vuelto demasiado inteligente? Huy, eso es peligroso, menos mal que después de un mes de trabajo ya vuelves a tener el cerebro adormecido que si no tu jefe puede contratar a alguien para liquidarte. La personas demasiado inteligentes están mal vistas.

Tú por si acaso tómate unas cuantas cervecitas y que te vean, para que se crean que nada ha cambiado. Es un sacrificio que se hace con muuuucho gusto :)

"Camello que agua no lleva, no acaba como camello sino como cebra"

Proverbio árabe de Zeb-e-deo