viernes, 29 de junio de 2007

La última página

Ahora, mientras venía en el penúltimo metro, un chico con coleta ha arrancado la última página del libro que estaba leyendo y me la ha dado. Tenía los ojos azules.

"Toma", ha dicho, "no quiero saber quién es el asesino".

Luego ha bajado en la parada siguiente.

Era una página amarillenta, de un libro que tal vez pasó muchos años en el estante más alto de la estantería más recóndita de la más abandonada librería de viejo. Mal editada, con comas de ésas que separan el sujeto del predicado. Arriba del todo, un nombre escrito, repetido en ambas caras: Agatha Christie.

Y eso es todo. Agatha Christie no se reserva el asesino para la última página.

He pensado en salir corriendo tras el chico de la coleta y los ojos azules para advertirle de que el malo saldrá antes, tal vez en la página 185 o 186, que no las lea, que las arranque. Pero, para cuando me he dado cuenta, ya habíamos pasado tres estaciones después de la suya.

En la calle, de los árboles caían hojas de papel de periódico.

Ya en casa, acabo de leer otra vez la escena. Es una conclusión de Hércules Poirot; una conclusión ajena al crimen. Una descripción sin nombres propios, sin acusaciones ni una moraleja concreta. No resuelve nada porque a estas alturas el caso está resuelto.

Cuántas páginas habrá así en el mundo, me he dicho entonces.

Y también: ¿por qué coño ese tío no quiere saber quién es el asesino?

9 comentarios:

Don Peperomio dijo...

Para mí que ees una forma de ligar muy intelectual...

Alberto Ramos dijo...

Quizás prefiera enterarse viendo la película.

La semana pasada vi algo parecido en un autobús. Una adolescente no quería saber cómo acababa El Señor de los Anillos y arrancó 300 páginas.

Mario Milagro dijo...

debes tener una cualidad especial (o varias), has adivinado el libro que estoy leyendo, estoy a la sombra... en todo caso en la ciudad en la que vivo no hay mas remedio que estar a la sombra... Siempre voy con una maleta con los siete tomos, asi si alguna vez quiero deshacerme del final, de la conclusion (si la hay), le doy un par de tomos a alguien en la calle, en el metro o donde sea

Galahan dijo...

Pues un amigo mio no quería saber como terminaba "Perceval, el Cuento del Grial" y...

Bueno, esto ya roza lo pedante.

Diamante dijo...

Un dia estaba en el metro leyendo la hogera de las vanidades y un tio me dice, jajaja que bueno ese libro yo me partia de risa, le respondí q finalmente no me estaba gustando y lo iba a dejar, pue duna de las situaciones mas curiosas de metro para los q lo vieron.

Zebedeo dijo...

Si fuera otoño te diría que es por la caida de la hoja de Agatha Christie, pero como no es así lo que creo es que el asesino es él. Te ha dado la hoja porque quería ligar contigo y sabe que los asesinos tienen un cierto atractivo. Ah, la página estaba amarilla porque tenía hepatitis.

Anónimo dijo...

No lo quería saber porque hoy en día el misterio está en saber quién es la víctima.

Los libros tienen sentimientos, probablemente ese chico se ha condenado de por vida arráncando esa hoja...

Para, creo que voy a vomitar dijo...

El otro día vi a un chico en el metro leyendo uno de Agatha..., a ver si va a ser el mismo.

Yo lo que creo es que es el mundo el que no tiene moraleja en concreto.

Y lo del chaval ese se llama sentimiento de culpabilidad

María dijo...

Jajajaja ¡la de gente rara que hay por el mundo! Pero seguramente sospechaba que sería el "mayordomo" y le parecería muy típico. Date un paseo por mi blog.