domingo, 24 de febrero de 2008

Dedicatorias de un Miró

Vivía en el piso de enfrente. A veces oíamos cómo se gritaba con sus padres y otras me hacía de canguro. Me enseñó la letra de las canciones de Alaska, "A quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga". La que más me impresionó, lo recuerdo, fue la de "No me arrepiento, volvería a hacerlo...".

Se hizo periodista sin estudios. Se colocaba ante un micrófono y se comía los programas como si fueran quicos (también llamados maíces y maicitos). Muy salada, se hizo amiga de escritores que habían estado en la guerra y de tipos algo así como famosos, siempre con dinero y de buena pasta.

Un día conoció a uno de los nietos de Miró y se casó con él. Existen tres nietos de Miró, y uno tiene síndrome de Down, pero eso no lo diferencia de los otros dos. Mi ex vecina y ex canguro se casó con ese hombre, y tuvieron una hija a la que pusieron mi nombre, y a mi ex vecina la echaron del trabajo, pero no importaba mucho, porque tenía una casa enorme con una piscina y un monigote de los que creaba el artista en el jardín, y un Picasso en el cabezal de la cama.

Y bueno, el otro día, por cuestiones de trabajo, me llevaron a un balcón que daba a la piscina de esa casa. Y desde allí se veía otra casa en la que viví algunas temporadas, justo delante del mar. Bajabas una escalerilla y podías visitar a la familia real a braza. O a crowl. Pero a espalda no, porque entonces no veías a los guardias que te vigilaban desde los barcos y les dabas con la cabeza, y te sangraba el cráneo.

La cuestión, insisto, es que el otro día, por cuestiones de trabajo, conocí a dos de los tres nietos de Miró. Y, el que no es el marido de mi ex vecina, es el ex amante de una amiga. Estuvimos hablando de plumas y de su abuelo (al que, en realidad, ni siquiera conocieron mucho, pero es quien les permite tener monigotes en el jardín y, de hecho, también les permite tener un jardín donde poner los monigotes). Y a mí me parecían un poco raro los dos. Un poco... pues eso, un poco mironianos. Infantiles, garabatos.

Al final, el marido de mi ex vecina nos regaló unos libros, a condición de que fueran con dedicatoria. Los otros periodistas y yo aceptamos a regañadientes. A continuación, transcribo cuatro de esas dedicatorias:

"Para Víctor,
Espistolarios para suplicar un respiro al ente superior inexistente, pero cercano únicamente a través de la masturbación cósmica...
Siempre".

"Para Maribel,
Un acontecimiento transformado en un placer para el que escribe, esperando que anide lo escrito en tu retina...
Siempre".

"Para José Luis,
Palabras que tu ojo raptará para extenuar la verdad yacente en el subconsciente mironiano...
Siempre".

En mi caso, tachó tres veces mi nombre, acabó escribiéndolo mal (y eso que su hija se llama igual) y añadió: "un Miró que te recuerde el legado de un hombre libre. Siempre".

No sé qué pensar.

Mi ex vecina se aburría tanto haciendo de mujer-de-nieta-de, que se metió en política, y es cabeza de lista de un partido de izquierdas. Eso no le quita ni la piscina ni los viajes a París. A quién le importa lo que ella haga, estoy segura de que no se arrepiente.

A mí, ese lugar en el que estuve con su marido y el ex amante de una amiga, que a su vez es el hermano del anterior y nieto de un pintor, y desde donde se veía una casa en la que también viví una temporada, hizo que me sintiera como en el centro de algo. Todo confluía a mi alrededor. Y todo lo que confluía era ciertamente muy estúpido, como esos dos nietos que de pequeños se cayeron en una marmita de pintura. Y así se han quedado, puro burratacho.

La genética genial del surrealismo.

6 comentarios:

tequila dijo...

"El quinto en discordia" es el personaje que da sentido a la historia, todo confluye a su alrededor.
Algunas personas quedan ancladas en la vida y logros de otros,transformándose en autéticos "chupilócteros".
Surrealista.

Diamante dijo...

Ahora el tema es la variable distributiva dependiente del caos

humo dijo...

Hija, qué historias eres capaz de contar con elementos tan manidos. Sacarías jugo de un pedernal.

Anónimo dijo...

Hoy está siendo un domingo un poco así:
http://es.youtube.com/watch?v=5kZZHLLwcuI

Alberto Ramos dijo...

¿Ese monigote de Miró no sería el Discòbol?

(Es lo que tiene haber estudiado en catalán.)

Agus dijo...

Creía que estaba loco... A mí me dedicaron un libro (no se quién fue) que ponía
"Pintura, arte y porcul-arte, para el que se hace pajas con la polla de otro. Siempre."
Me quedé pillado. Creo que lo malvendí...
Saludos
El Agus
(me voy a por una cerveza...)